Son las calles del olvido las que pasan por el triste baldío
agarradas de la mano con un zafiro esperando la sonrisa
del curucú maldito que se llevo la alegría en su pico
es el cantar de la hipocresía de aquel ave sin vuelo
que cortaron sus alas en su más tenebroso sueño
despreciando el amor por los suelos
Un país sin territorio que pide consuelo
una maravilla sin esplendor, sin fuego
son los ríos vaciados por los mismos “dueños”
es el planeta destrozado por el dinero
la avaricia del rico corto sus destellos
su juventud mató por ellos
Una hermosa mujer que llora el mañana
viviendo el terror de su propio suelo
la esperanza se fue con el tiempo
La nueva luna no quiere ser vista
por ojos de sádicos turistas
luna llora pidiendo una caricia
El aroma de una brisa acida
intoxicada por falacias
de gente llenas de ignorancia
Miro un pez que quiere saltar
sus aletas rotas ya no podrá nadar
el mar es pequeño y grande para un anzuelo
Son los arboles de la noche que corren
por el bosque, buscando el refugio
en un mordaz roble
El sol bebe el morapio frente a la confusión
de todo el rebaño que llenó de genocidios
la tierra con engaños
Es gaia que vive el morbífico plan
de sus reclutados un virus asesino
que seguirá atacando
Son los leales infieles que le hicieron daño
su traición es la desesperación por su misma
morbosidad es el castigo de un morral.
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